Hace más de cuatro décadas, un sueño empezó a tomar forma.
El 1 de abril de 1980, impulsados por la inquietud profesional y el amor de familiares de personas con discapacidad, nació este taller. Un espacio pensado no solo para enseñar oficios, sino para abrir puertas, construir oportunidades reales y acompañar caminos de vida.
Desde el principio, supimos que el trabajo podía ser mucho más que una tarea diaria: podía ser una herramienta poderosa de inclusión, autonomía y dignidad. Así fue como empezamos a capacitar, a crear, a soñar en equipo.
Hoy, somos en el quipo operarios, instructores, auxiliares, administrativos, quienes estan detrás del Portal del Andino. Cada uno, con su talento, su esfuerzo y su historia, forma parte esencial de este proyecto que sigue creciendo.
Producimos pastas frescas, mermeladas artesanales, miel, bolsas de polietileno biodegradables, blends de té y de mate. Cada producto que sale de nuestro taller lleva algo más que trabajo: lleva orgullo, dedicación y el deseo de llegar a cada hogar con lo que mejor sabemos hacer.
Este no es solo un lugar de producción: es un espacio donde las personas encuentran su voz, su independencia y su propósito. Cada día reafirmamos nuestra convicción de que una sociedad más justa e inclusiva es posible, y empieza por creer en el potencial de cada persona.
Esta es nuestra historia. Y apenas estamos comenzando...